miércoles, 30 de marzo de 2011

Blue Valentine


(Post importado de Desde mi subjetiva realidad)

El miércoles vi Blue Valentine. En un principio, la película me dejó con sentimientos encontrados; no sabía si me había gustado o no. No había entendido el punto, ni cuál era realmente la idea central, ni el abrupto final.

Me había parecido una de esas películas donde pasa algo y no pasa nada al mismo tiempo. “Si la idea del director era que uno se quedara tratando de descifrar el punto de esta película, lo logró”- le comenté a un amigo. No pude evitar darle mente el resto de la noche y un poco más.

Yo les digo la verdad, mis conocimientos técnicos de cine son nulos. Lo mío es ver lo que se ve y lo que se plantea per se, nada de dirección de arte, realidades intrínsecas, relaciones de contexto, ni ninguna de esas cosas que los verdaderos críticos pueden notar.

Así que les contaré, a mi modo, cómo descubrí que la película parece mala pero es buena.

Mis motivaciones para verla: Ryan Gosling, Michelle Williams fue nominada a mejor actriz por este papel, Ryan Gosling, no había tenido chance de ir a Fine-Arts de Novocentro y Ryan Gosling.

Sí, me gusta Ryan, y de hecho, uno de mis errores fue tener aún grabada en mi mente su papel torturadormente romántico en The Notebook. Así que esperaba un poco de cliché.

Pero Blue Valentine, tenía más bien características de cine independiente: imagen no tan nítida, leve musicalización, pesimismo en el aire y explícitas- tal vez de más- escenas de sexo.

No quisiera contársela, pero de otro modo no me puedo explicar. En resumen, la película narra en tiempo circular, el comienzo y el final de la historia de amor entre Cindy y Dean. Cindy es una joven bastante promiscua, hija de un matrimonio disfuncional, que sueña con ser doctora. Dean, es un romántico empedernido, casi huérfano, cuyo único sueño parece ser formar una familia. Se conocen y su enamoramiento es fugaz. Pero pronto Cindy descubre que está embarazada de su ex. Dean no se aleja, la apoya. Y cuando Cindy se arrepiente de abortar, él no vacila en proponerle que se casen.

Se casan, crían una niña preciosa y luego…a Cindy se le acaba el amor, pide el divorcio, fin de la historia.

Entonces nada queda explícito, todo es “a según”. No puedes afirmar las razones del final, porque no te las dicen, tienes que asumirlas. Y en eso me la he pasado.

“Hmmm…¿cómo así?” Creo que el tipo todavía se ve bien, la trata como a una dama, parece buen padre. Lo que no tiene es muchas aspiraciones, mucho menos un gran trabajo y bebe constantemente aunque no parece afectar su actitud. Pero Cindy está como desencantada de todo.

“Por eso no se pueden tomar decisiones en momentos de desesperación. Casarse por ejemplo”. Dean era desde un principio lo que llaman “un perdedor”; no terminó la escuela, no estaba seguro de lo que quería hacer con su vida, pero era un encanto. Y Cindy, parece la mala de la película. No tiene gran cosa de especial, es una “loca”, en cuanto a hombres; algo fácil. Al ex novio lo usó y lo desechó. Y ahora parecía no tener el menor interés en lograr que su actual matrimonio funcionara.

Y al final no sé. Entre la búsqueda del punto de la película, intento encontrar quién tiene la culpa. Tal vez ella debió de valorar más la manera en la que la trataba su marido. Tal vez él debió poner más empeño en superarse y no quedarse estancado. Tal vez, de plano, no debieron casarse nunca. Tal vez si lo hubieran pensado mejor, se hubieran dado más tiempo en amarse menos y conocerse más, hubieran visto lo que realmente eran y no lo que creían que eran.

Así que al final, no pude juzgar a ninguno. Sentí empatía por ambos, por sus esperanzas frustradas; y me di cuenta de que, si lo piensas bien, como están las cosas, es una historia que le puede pasar a cualquiera.








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