sábado, 2 de diciembre de 2017

Postcards from La Havana!


El 2017 me sorprendió con muchos viajes. Algunos esperados, otros improvisados. De estos últimos el primero fue un viaje fugaz a La Habana, Cuba. 

Fue un viaje muy breve, brevísimo. Apenas un día y medio. No puedo decir que fue un destino que me gustara, pero quizás tampoco es justo hacer esa declaración con un viaje de tan corta estancia.

A la vera del malecón
Me sorprendió mucho lo caro que me salió este viaje para tratarse de un destino tan cercano a la República Dominicana. Los impuestos del pasaje aéreo duplicaron el 100% -no recuerdo si más- del valor de la tarifa base (ojo con eso cuando vayan a comprar su boleto). El valor de las cosas y de su moneda, en comparación con otros destinos, etc. En fin una relación calidad-precio a mi parecer no muy justa, pero también entiendo que debe ser su manera más lucrativa de generar ingresos dada su conocida situación política. 



Sin darnos cuenta, para nuestro primer almuerzo entramos a una cafetería que pertenecía a un hotel y la comida estuvo horrible y cara. Para las siguientes comidas sí dimos con opciones más económicas, pero los sabores no fueron nada especiales.

Lo positivo, la gente. Respetuosa y educada, dispuesta a ayudar y alegrar. Claro, no faltaron las miradas curiosas de quienes quizás pensaron que yo era cubana y andaba de manos -o de sanky panky- con un "blanquito". Pero eso me pasa en otros sitios también. 

Malecón de La Habana, Cuba. Febrero, 2017

Su malecón es bellísimo, lleno de magia. En paz, sin pedigüeños, ni ruido de camiones o tráfico excesivo. 

Si vale la pena verlo, lo vale. Si vale la pena repetirlo, quizás cuando las cosas cambien. Pues para quien viene de una realidad similar, estar allí también da dolor en el alma y quizás eso afectó mi percepción el viaje. 



Visitamos La Bodeguita del Medio, y la vibra fue tan buena como lo anticipaba su fama. 


Y al caminar unas calles más abajo, sentimos encontrarnos rápidamente en la verdadera realidad -sin luz-, como cualquier barrio de Santo Domingo, y es que al final somos todos un poco de lo mismo. 


Ciertamente, otros de mis amigos han vivido otra experiencia al visitar Cuba. Claro, la experiencia del turista que puede ser buena en cualquier isla caribeña. Pero el que sabe, sabe. Y de que duele, duele tanto por ellos como por nosotros. 


Pictures taken by Yaneris Michel. All rights reserved. 

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