Durante los últimos cinco años cada enero ha pasado sin que me plantee ninguna resolución. No es que sea desorganizada ni que me haya dedicado a sinvergüenza, sino que precisamente por ser una persona tan perfeccionista, me cuesta mucho dejar las cosas fluir.
El ejercicio me ha servido y aquellas cosas que me han llegado por sorpresa, por añadidura, por dejar ha Dios actuar, han salido más que ha la perfección.
Este año he estado considerando plantearme algunas resoluciones. Pequeñas cosas para lograr mes por mes, con plena convicción de lograrlas pero sin presión en caso de que algo no marche como me lo planteé. Dejando espacio para los errores sin dar cabida a las frustraciones.
Quizás no tengo todo lo que alguien pudiera desear a esta edad, pero lo material que me falta no se compara con lo bien vivido de estos 28 años. (¡Sí, ya son 28!)
Así que, como dice alguien por ahí, este año "voy por más". Y mientras haya salud habrá planes que, con la bendición de Dios lograré cumplir.
¿Cuáles son los tuyos?
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